Noah, Exodus y la carambola nihilista

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5:48 p.m.





Decir que los mitos del cristianismo están agotados no es novedad. Vayan como prueba dos filmes recientes: Noah y Exodus. Los dos procuran reavivar aquellos relatos bíblicos y los dos se desploman bajo el peso de su mala conciencia. No hace falta explicar cuán absurdo es el intento de contar un relato religioso sin la participación de lo divino. Algo parecido se les ocurrió a los griegos y lo que les quedó de su voluptuoso Olimpo fue ese sustituto tan aséptico al que llamaron Razón. Noah y Exodus quieren proponer el mismo juego. Intentan extirpar a Dios de los relatos bíblicos. Pero el resultado es menos provechoso que el de los griegos de la antigüedad: lo que nos queda es ese sustituto, tan de moda en nuestros días, llamado Fanatismo. Despojados de Dios, Noah y Exodus no cuentan más que una retahila de actos descabellados impulsados por fanáticos que, mediante su apasionada elocuencia, consiguieron convencer a otros de seguirlos en su locura. En cierto modo, ambas películas son (sin quererlo) un digno reflejo de nuestra época: no sienten pudor de ubicar a Noé y a Moisés en la misma categoría que Hitler y que Bin Laden. En esto, me parece que les sale el tiro por la culata. Pero, de carambolas, dan en el blanco.





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