desniversario

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12:06 a.m.


no hay pasado para los amantes
almanaques solamente que se desnumeran
hendidos por la navaja del insomnio 

y cada vez que los amantes se desposeen
plegados al pleamar de los desesperados
prolifera un cangrejal de renegaciones

pero ay de vosotros hombres memoriosos
que acudís a contar las monedas de Judas
y ampolláis los labios de la lujuria

porque aquello no es más que el vaticinio de una trampa:
a los amantes las cicatrices se le pierden todas las veces
con esa misma facilidad de que se jactan los paraguas



About the author

Discípulo de sí mismo, amigo de unos pocos, conocido de casi nadie. Autor de El intruso, Ilión (novela fracasada), uno o dos poemas apenas leídos y algún que otro ensayo que todavía no sabe cómo comenzar.

0 hay que todavía piden sangre: